Imaginar un mundo en suspensión es explorar nuevas formas de jugar y de gestionar el espacio y el vacío.
Es concebir un universo en 3D con elementos lúdicos atípicos y originales.
Es crear un mundo en el que el usuario debe prescindir de poner los pies en la tierra, favoreciendo la gestualidad, el equilibrio y el autodominio.
Así, el niño emprende un recorrido aéreo, de una forma lúdica, acrobática y original, a través de las estructuras conectadas a la pirámide, el elemento central de El Mundo Suspendido: el arco, que se atraviesa con la fuerza de los brazos; la pasarela, a la vez flexible e inestable; el teleférico, de 4 metros de longitud. En medio de estos elementos físicos se integra una guarida, el refugio ideal para disfrutar de una breve pausa.